Por Rubén Darío Rodríguez López
Hace exactamente un año se realizó a nivel Nacional la consulta popular anticorrupción, donde se demostró, de una manera contundente, que los colombianos detestan la corrupción, que aproximadamente 12 millones de ciudadanos gritaron con voto en mano que no querían patrocinar más corruptos en los cargos públicos. Sorprendió de manera gratificante que en la provincia de García Rovira, cerca de 22 mil electores salieran a las urnas en un domingo normal a manifestar su rechazo a las mafias politiqueras que nos gobiernan y que han sumido en la miseria a muchos pueblos y ciudades del país, sin necesidad que les dieran transporte, tamal, tejas, ladrillos, manguera, kits de unidades sanitarias, ni almuerzo, fue un voto realmente a conciencia y Málaga no fue la excepción, allí 6.473 personas tuvieron el valor ciudadano de decirle NO A LAS MAFIAS CORRUPTAS DE LOS POLÍTICOS.
Málaga, capital de la provincia de García Rovira cuenta con un potencial electoral de 15.800 votos aproximadamente, según la Registraduría Nacional del Estado Civil, que de acuerdo a la inscripción de candidatos para las próximas elecciones de octubre se repartirán en siete aspirantes al principal cargo de la ciudad. Sin embargo, la dinámica que se está adelantando, pareciera advertirnos que estos votos contra los corruptos se van a perder o mejor, no serán potencializados por los candidatos inscritos. ¿Por qué? Vayamos por partes.
En primer lugar, es claro que hay candidatos que definitivamente no se van a desmarcar de la tradicional forma de hacer politiquería, han sido impuestos por los grupos políticos y económicos que han tenido el poder durante varios años y que ya empiezan a mostrar su poderío económico y a armar toda la parafernalia de caravanas de camionetas último modelo, pintadas hasta las tuercas, de vallas y publicidad hasta el último rincón de la ciudad, desconociendo y violando los límites permitidos para éstos casos, ya están armando toda la logística para alquilar carros, volquetas, camiones y pagar ciudadanos para que llenen cuanto evento realizan en la ciudad, para demostrar que tienen mucha gente apoyándolos y obviamente, ya tienen también el grupo de financiadores que están dispuestos a aportar la plata necesaria para comprar los combos de votos, que van desde 500 mil hasta 2 millones de pesos por familia; recursos que serán devueltos con buenos intereses, una vez "coronen la vuelta", como se dice en la jerga traqueta. Es importante recordarles a los votantes que esta plata que se invierte en campaña será recuperada una vez se gane la Alcaldía, a través de coimas y corrupción que les cobran a contratistas, a empresas, a personas, por darles un contrato, una licitación, o más exactamente del "cómo voy yo o cvy". Estos son los que se pelean el voto amarrado, es decir, un voto que saben que se puede comprar y que muy difícilmente votarán honestamente.
En segundo lugar, hay otro grupo de candidatos que se enmarcan dentro de los independientes, no tienen ese poder económico, no tienen la maquinaria municipal para impulsar sus candidaturas, que se rebuscan para financiar sus campañas y tratan de darle un nuevo aire a la política local. Algunos de ellos muy bien preparados, han demostrado honestidad, respeto por el ciudadano, no están rodeados de campañas bulliciosas, no están interesado en comprar votos, ni en engañar a la gente y en esa misma medida, en caso de ganar las elecciones, no llegarían empeñados, ni comprometidos con pagarle a nadie su elección y tampoco estarán sujetos a ser manipulados por sus financiadores, ni por sus padrinos políticos. Sin embargo, para este caso de Málaga, salieron más de los que se esperaban y si bien es cierto, eso es bueno para la "fiesta democrática", es muy malo para generar una propuesta fuerte que pueda poner a tambalear a la politiquería tradicional. Con ese gran número de candidatos independientes y que tienen la autoridad moral para promover la lucha contra la corrupción en la ciudad, solo le están dejando un espacio suave a que los candidatos que están empeñando la Alcaldía, la tengan fácil de ganar.
Hagamos cuentas: en las elecciones de 2015 votaron 10.155 Malagueños, que corresponde aproximadamente al 65,3% del total potencial de votos que hay en el censo electoral. De estos, 8 mil votos se repartieron en 2 candidatos y los otros 2 mil en los candidatos restantes. Suponiendo que no cambiara en nada la dinámica de hace 4 años, hoy se podría estar presentando la misma situación. Pero como la política es dinámica, dicen los que saben; que tal que los 6.473 votos de la consulta anticorrupción, más los jóvenes que poco votan, los que no votan, los que están indecisos, encontraran una alternativa (unificada), en un candidato que se identifique y se enmarque en una propuesta sana, limpia, honesta, sin patrocinadores económicos, sin jefes políticos, sin patrones, sino una verdadera campaña transparente, se podría pensar y por qué no, soñar con un gobierno lejano de lo normal, de lo tradicional, de los mismos con las mismas.
Claro, dirán que estoy loco. Pero las grandes transformaciones de los países y ciudades se han dado gracias a personas que no han sido normales, es decir, que no se han enmarcado en hacer más de lo mismo, sino que se propusieron ser diferentes y lo lograron.
Está en manos de los candidatos que se hacen llamar independientes, que dejen sus egos, sus intereses particulares y pongan a Málaga primero que todo y le permitan a la ciudadanía y por qué no, a los 6.473 votantes anticorruptos, tener una alternativa fuerte y clara para derrotar a lo tradicional, a lo de siempre, a lo que tiene la ciudad empeñada, sumisa, estancada.
Hagan historia, ¡hagan algo extraño… marquen la diferencia!!!