"La gente sufre de "amnesia convencional", se les olvidó que estamos en una pandemia y que el mayor contagio del virus se logra a través de las aglomeraciones". (Foto: Eltiempo.com)
Por Rubén Darío Rodríguez López
Chicamocha News
El número de contagiados del Coronavirus (COVID19) en el país y en el departamento de Santander, ha venido creciendo exponencialmente día a día desde el 27 de febrero de 2020, fecha en la cual se diagnosticó el caso # 1. Con corte a 31 de mayo se habían contagiado 29.308 personas en todo el país y 69 en el departamento de Santander. Sin embargo, en solo 20 días de junio el número de contagiados ascendió a 65.333 en el país (36.025 casos nuevos), lo que representa un aumento del 122,9%, mientras que, para Santander, en este mismo periodo de tiempo, el número de contagiados ascendió a 449 (380 casos nuevos), que representan un aumento del 550,7%, según cifras del Instituto Nacional de Salud. Como podemos apreciar, la curva de contagios ha estado en aumento vertiginosamente y no se ve ningún aplanamiento (como se había dicho en algún momento) y tampoco hemos llegado al anunciado pico de la curva, punto que se determina una vez los contagios diarios empiecen a descender de manera constante.
Mucho se ha dicho, que ningún país estaba preparado para una situación pandémica como la que se está viviendo a nivel mundial, por eso, la improvisación y los experimentos de "prueba y error" han estado a la orden del día por cuenta de los gobernantes; sin embargo, en América Latina y Colombia, el virus llegó meses después que había sido controlado en algunos países europeos y asiáticos, lo que nos permitiría tomar algunas experiencias de control exitosas y aplicarlas en nuestro caso.
Pero no ha sido así, somos "sui generis", caso especial, somos Colombia, somos Macondo. Iniciamos una fuerte cuarentena con el objetivo de que el contagio no se multiplicara tan rápido y permitiera acomodar, preparar, ajustar y mejorar la infraestructura de salud del país, lo que generó un impacto negativo fuerte en la economía como era de suponerse y nos dejó ver muchas caras buenas y malas de la gente, de los gobernantes y de los empresarios. Pasaron 30, 60 y 90 días y aquí estamos, la salud sin los equipos anunciados, con profesionales ultrajados, calumniados, estresados, menospreciados y los ciudadanos no sabemos si en cuarentena o no, en un vaivén de normas, decretos y resoluciones que nos dicen que un día sí; que otro día no; que sí, pero no; que no, pero sí; un mar de desinformación en el peor momento de la pandemia. Según el periódico Ámbito Jurídico, durante la emergencia económica se han expedido 189 decretos presidenciales y a eso sumémosle los departamentales y municipales.
Conociendo el comportamiento de la pandemia y con la curva subiendo exponencialmente, la presión de la gente sumida en la pobreza, el hambre y otros trajines (la rumba, la vida social, el relajo) y la presión de los gremios económicos, obligaron al gobierno a flexibilizar las medidas de aislamiento, para reactivar la economía y el rebusque de la gente para su supervivencia. Se suponía que de manera "gradual" se abriría poco a poco. Pero en Colombia nunca se ha gobernado para el bien común, se ha gobernado para cuidar los intereses de unos pocos empresarios, gremios, banqueros, financiadores de campaña y familiares de políticos y fue así como el gobierno no aguantó la presión de sus amigos y en un mes, prácticamente, abrió la economía total del país, sin importar las consecuencias epidemiológicas que se sabía, iban a reventar en muchas partes del país.
Dentro de los decretos expedidos por el gobierno nacional, bajo la justificación de la emergencia sanitaria, se incluyó la reglamentación de los "días sin IVA", con los cuales se pretendía bajar los precios de algunos productos para que la gente tuviera un descuento del 19% y a su vez se programaron las fechas en las cuales aplicaría dicha medida, junio 19, julio 3 y julio 19, con esto también se incentivaría parte de la reactivación económica. Se planteó que, principalmente, estas compras serían a través de plataformas electrónicas y que la gente comprara desde sus casas y si era el caso muy particular fueran a los sitios de comercio, siempre y cuando se respetaran las condiciones de bioseguridad y de distanciamiento por parte de la gente y controlados por parte de los centros comerciales y almacenes de cadena. Hasta ahí, ningún problema.
Todos sabemos qué pasó este 19 de junio, día del descuento del 19% en pleno crecimiento de la pandemia del COVID-19. Primero, los comerciantes aprovecharon y en muchos casos aumentaron los precios de los productos, absorbiendo prácticamente el descuento que se le iba a dar a la gente; segundo "el tal comercio electrónico" no funcionó como se esperaba, demostrando que todavía hay mucha desconfianza en el país para la compra electrónica, y, tercero, demostró, como en muchos otros casos (como en elecciones por ejemplo), la gente sufre de "amnesia convencional", se les olvidó que estamos en una pandemia en su máximo furor y se les olvidó que el mayor contagio del virus se logra a través de las aglomeraciones de gente, se les olvido que hace un mes tenían trapos rojos en sus casas pidiendo un mercado, se les olvido que estaban desempleados, se les olvido hacer sumas y restas y salieron desenfrenados a mostrar su más cruel irresponsabilidad, la peor irracionalidad y sobre todo a demostrar su alto grado de ignorancia, echando a pique en un solo día el sacrificio económico, social, familiar y psicológico que se había hecho durante esta larga y tediosa cuarentena.
Para el Gobierno y para los comerciantes, fue una jornada exitosa. Según el ministro de Comercio, en el 98,8% de los centros comerciales y almacenes de cadena no hubo aglomeraciones, fue en casos muy particulares. Según el gobierno, las ventas de este día ascendieron a 6 billones de pesos, lo que supone que dejó de recibir en impuestos un valor cercano a 1,2 billones de pesos por concepto de IVA y que fue trasladado como beneficio a la gente que compró. ¿Será que ese impuesto fue de verdad a la gente o finalmente solo benefició a los comerciantes y bancos, vía intereses por compras con medio electrónico?
Para los gremios de la salud y especialistas en epidemiología, el 19 de junio fue un día nefasto para la prevención del contagio de la pandemia, auguran que en los próximos 15 o 20 días se verán los resultados de contagios, de alguna manera provocados por la irresponsable medida y sugieren un elevado número de contagios, claro está, dependiendo también del número de muestras que se tomen.
En fin, el costo-beneficio de esta situación solamente se sabrá más adelante, si valió la pena subsidiar 1,2 billones de pesos a unos pocos versus el costo económico de días de UCI y el costo en vidas humanas de los futuros enfermos que se contagiaron comprando como locos y que muy posiblemente no tendrán posibilidades de ser atendidos, porque los servicios de salud estarán reventados para el próximo día sin IVA, precisamente el 3 de Julio de 2020 y veremos a los diferentes actores de esta tragedia achacando culpas y responsabilidades los unos a los otros, para que al final, nadie responda.